La acción transcurre en 1930. Se trata de uno de aquellos concursos de baile y de resistencia usuales en la época, tan bien suplantados hoy por los "reality televisivos". Entre sus personajes encontramos varias parejas participantes; un animador cuya figura es miserable y todopoderosa, larva y demiurgo; un guardaespaldas, que hostiga y castiga. Nadie sabe cuál es el premio pero los impulsa su propio deseo de ganar y “es la fe la que los mueve”. A través de las escenas, se dejan traslucir las curiosas y desesperadas historias de cada pareja, pero también sus sueños y afanes ocultos. Se entrelazan, con esas historias individuales, cinco mitos de la historia americana, que protagonizan los mismos participantes: el mito del conquistador, el mito revolucionario, el del industrial, el mito de la oligarquía y por último el mito del fascista. Derribados todos los sueños, queda un resquicio para la sublevación de los sometidos frente a las arbitrariedades del animador.
Un final inesperado deja múltiples posibilidades de reflexionar "hacia donde se dirige la humanidad".
